El ex presidente Carlos Andrés Pérez, quien dejara una profunda huella en la historia contemporánea de Venezuela, murió de un infarto en la tarde del sábado en una clínica de Miami.
Pérez, quien llevó las riendas del país durante dos periodos presidenciales, tenía 88 años y convalecía de los efectos de un accidente cerebrovascular que había sufrido años antes en Nueva York.
"El se levantó muy bien en la mañana, estaba muy elocuente, contento, pero de repente se le comenzó a ir el aire'', informó su hija María Francia, de 30 años, en una entrevista telefónica.
Relató que, cuando los familiares notaron el problema de asfixia, llevaron al ex mandatario a un hospital, donde falleció. Personalidades venezolanas expresaron pesar por el deceso del ex mandatario, enjuiciado y destituido de su cargo en 1993, en un proceso plagado de irregularidades jurídicas que sus más cercanos colaboradores califican de "ajusticiamiento político''.
El destino de los grandes hombres venezolanos es no morir en su patria'', comentó Diego Arria, ex embajador venezolano ante las Naciones Unidas, quien recordó que algunos de las grandes figuras históricas del país murieron en el exilio al igual que Pérez.
"Pero si bien es cierto que Pérez estaba fuera de Venezuela, el país habitaba permanentemente en todo lo que eran sus inquietudes, sus sueños y sus aspiraciones'', añadió Arria, quien ocupó varios cargos bajo los gobiernos del ex presidente.
Nacido en 1922 en Rubio, estado Táchira, Pérez se encontraba en la presidencia de la República cuando el entonces teniente coronel Hugo Chávez lideró un golpe de Estado en su contra el 27 de febrero de 1992.
Una posterior intentona golpista terminó por desencadenar una crisis política en el país y el llamado proveniente de varios sectores de la población de que Pérez debía renunciar.
Meses después, Pérez fue acusado de malversación de fondos y el caso fue llevado ante la Suprema de Justicia, organismo que dictaminó que habían suficientes indicios para procesarlo.
Tras la decisión, el Senado votó a favor de destituirlo de su cargo.
El historiador Agustín Blanco Muñoz, quien acaba de publicar el libro Yo sigo acusando, Habla Carlos Andres Pérez dijo que la decisión del mandatario de someterse a la justicia venezolana en ese entonces, en un proceso que estaba viciado jurídicamente y cuyo resultado se sabía de antemano, denota el alto grado de compromiso que mantenía con el sistema democrático.
"El juicio fue un momento en el que se hace presente un hombre de una verdadera entidad democrática'', dijo Blanco. "Pérez dio una visión de cómo debe comportarse un estadista en defensa de las instituciones democráticas, que los otros no respetaban, porque él teniendo aún poder, decidió no abusar de sus poderes, y aceptó el resultado de esas decisiones, aún cuando significaron su defenestración''.
El ex diputado venezolano Alexis Ortiz coincidió con Blanco sobre el extenso legado democrático del ex presidente.
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